El organigrama de una empresa industrial es la muestra gráfica de la relación que existe entre todos los empleados. También se usa para mostrar la relación de un departamento con otros y de visualizar esquemáticamente el orden jerárquico de la compañía.
En general, el sector industrial es uno de los más ordenados y sistematizados que existen, ya que con el tiempo se ha puesto en valor lo importante que significa tener bien ordenada una organización tan compleja. Una mala estructura afecta negativamente a la productividad y, con ello, a la competitividad. Si crees que el organigrama de tu empresa industrial todavía no está bien definido es necesario que te tomes tu tiempo para hacerlo detalladamente.
Asimismo, si formas parte de una compañía de reciente creación y todavía tienes dudas sobre el tipo de organigrama que debe tener tu empresa, en este artículo te vamos a presentar algunos de los más comunes. ¡Acertar con tu organigrama es casi tan importante como elegir correctamente la maquinaria que necesitas!
Aunque existen muchas formas de clasificar y diseñar el organigrama de una empresa, nosotros nos centraremos en lo más esencial: la jerarquización de la organización. Estas son las tipologías más frecuentes.
Es el más común, ya que sigue un diseño piramidal fácil de entender. Este organigrama facilita la comunicación entre superior y subordinado, además de ser visualmente más claro, aunque también más rígido a la hora de definir las funciones de cada trabajador.
Cuando la organización es simple, no hay por qué complicarla. Esto es ideal si tienes pocos departamentos. El objetivo es no burocratizar en exceso la industria cuando eso no tiene una finalidad de producir más y mejor.
Es un organigrama típico en empresas industriales grandes, con más de un director, más de un responsable por proyecto, o más de un superior por departamento o trabajador. Su capacidad de incluir relaciones interdepartamentales puede ser muy beneficiosa para el desarrollo de proyectos conjuntos. Debe estar muy bien detallada para no generar confusiones a la hora de gestionar responsabilidades.
Un organigrama sin cargos de mando intermedios, dejando solo dos roles; directivos y empleados. Supone una relación mucho más directa, proporcionando más autonomía a los trabajadores. Lógicamente, solo se puede llevar a cabo en empresas industriales reducidas, como pueden serlo pequeños autónomos y artesanos. Incluso, en este tipo de organigrama es posible que los directivos también se involucren en tareas de producción.
Antes de ponerte manos a la obra, debes tener muy claro el tipo de empresa que eres y cuál de los organigramas anteriores se adecua más a ti. Ten en cuenta que el tipo de organigrama puede evolucionar con el tiempo, así que si tu empresa crece es posible que debas cambiarlo, por ejemplo pasando de un organigrama jerárquico a uno matricial.
También debes saber que existen muchas formas distintas de representar un organigrama. Las más comunes son:
En el organigrama deberían quedar claros los roles y las implicaciones de cada trabajador en cada proyecto, sus responsabilidades, sus tareas y de quién dependen. Los directivos de cada departamento deberían formar parte de la creación del organigrama, ya que son los que mejor saben qué perfiles dependen de ellos.
Una vez que el organigrama esté finalizado, todos los empleados deben conocerlo y tenerlo accesible para que puedan consultarlo en cualquier momento.